miércoles, 19 de julio de 2017

Los últimos días del búnquer






No necesitaríamos precisar las palabras si el corazón estuviera disponible
si el corazón compasivo fuera una mano amada que nos agarrara la mano
y nos venciera el ego, las defensas inútiles que hieren para no ser heridos
la culpa traicionera que no recuerda u olvida
el pozo donde una vez nos quedamos
donde hoy seguimos
en el que nadie reparó por numerosas distracciones de segunda
(pero yo sí vi lo que ocurrió)

Puede que sea una persona con algunos defectos
puede que no tenga más que cualquier humano
terminaré perdonando los de todos al ver lo oculto
-hasta que me dejen en paz y mi belleza quede libre de acusaciones-
al ver que afeamos lo hermoso por miedo a recordar
o las creencias de los pesares que pasamos
La creencia de que preferirás el cuchillo a la verdad desnuda e inocente que es ahora
donde sólo se halla amor
Clávamelo, me da igual...

Tengo muchas más bondades que una maldad que pueda afearme
me he aferrado a mi pasión y mi locura
porque no vi otra vida que la bondad
porque sigo viviendo el mismo amor limpio

Me he aferrado al dolor de volver a la vida
porque la muerte era mentira
y ya dolía lo suficiente

No te culparé
aunque me culpes por ser como existo
por hablar de lo que sí es mío o nuestro, por igual
Si lo haces viviré y seguiré confiando en lo mismo
tendemos a arrancar la piel que nos hemos arrancado
No puedo, no podré seguir en tales barcos
seguir entronizando a la falla inexistente
a la mentira

Porque estoy más que segura de la verdad
y nadie puede quitarme eso
y tal vez nadie -ni tú- pueda evitar que me salga con la nuestra

Mira el mundo
mira cualquier manifestación de su hecatombe
Nada podrá apagar lo que sé, lo que haga o lo que digo
nada ni nadie en este universo
(sé demasiado bien de que hablo
y para que se me mueve la lengua)








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