viernes, 14 de julio de 2017

Por qué es difícil camelarme




Cambié de estrategia porque en este mundo no se visibilizaba la bondad, pensaban que ser bueno era ser un gilipollas buenazo, y yo, claro, sé hacer bondad también de manera diabólica; me aburrí de los prejuicios y su lastimera no experiencia, nada, vacío.
Tampoco, para colmo, se visibilizaba la belleza, que ya tenía que ser llamativa para ser visibilizada, es decir, un árbol de navidul de agregados impersonales.
Para más inri, nadie le ponía voz a todo esto y trataban de explicarme verdaderas subnormalidades, yo sólo debía hacer una sola cosa ante esto: armar ruido, reírme de sus estupidedes carentes de pudor y humana existencia, no permitir que se entendiera ok o vía libre (por dentro la sangre me hervía y rabiaba de ardiente furia). En definitiva, mi único deber ante esto ha sido hacer notar que no, que sí existe vida en esta tierra.

Por cierto, sé que a la larga no mola el otro lado: estar vacío o lleno de vacío.






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